Este jueves, 25 de septiembre, se celebraba en la Catedral de Oviedo la eucaristía de acción de gracias con motivo del décimo aniversario de la Declaración de los Caminos de Santiago del Norte como Patrimonio Mundial de la UNESCO. La cita estaba organizada por la Federación de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago del Principado de Asturias y, junto con la celebración de la eucaristía solemne, por la tarde tuvo lugar, en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, un acto con la intervención de diversas autoridades en el que se entregó el «Bordón de Oro de los Caminos de Santiago de Asturias» a la historiadora y cronista oficial de Avilés, María Josefa Sanz Fuentes.
La eucaristía celebrada en la Catedral estuvo presidida por el Vicario episcopal de Cultura, Jorge Juan Fernández Sangrador, quien recordó en su homilía que «el Camino de Santiago tiene una naturaleza espiritual», algo tan consustancial a él que si se le sustrayera dicha característica se acabaría «convirtiendo en un ser inanimado», un proceso que supondría «el final del mismo». Afirmó el Vicario de Cultura que la propia vida cristiana «es un camino, con un horizonte claro» porque «todo caminante debe saber hacia dónde va, cuál es su meta» y recordó también a tantas personas, algunos de ellos «santos, cuyas vidas desconocemos» que han hecho el camino y «que nos miran desde el cielo y nos alientan en el camino personal que recorremos con ilusión y fe, pero sobre todo, con esperanza». La eucaristía contó con el acompañamiento musical del coro San Javier de Oviedo y finalizó con una ofrenda floral ante la imagen del Salvador.
La declaración de Patrimonio Mundial de los Caminos de Santiago del Norte, que tuvo lugar en el año 2015, supuso el reconocimiento de los valores históricos y culturales de las rutas jacobeas en el Principado de Asturias: el Camino Costero y el Camino Primitivo. Este último nació en Oviedo en el siglo IX, gracias al rey Alfonso II y está considerado el trayecto original de la peregrinación cristiana a Compostela y origen del fenómeno Jacobeo. Junto con ello, esta declaración supuso el reconocimiento del extraordinario patrimonio cultural y natural vinculado a los Caminos de Santiago. Así, junto con las rutas de peregrinación a Compostela, también se han inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial una serie de bienes culturales relevantes de las dos rutas asturianas, como el Conjunto Catedralicio de San Salvador (la Cámara Santa ya era Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1998); el Monasterio de San Salvador de Cornellana, que recientemente ha conmemorado el milenario de su fundación; la iglesia prerrománica de San Salvador de Priesca, en Villaviciosa, fundada en el año 921 o la iglesia de Santa María de Soto de Luiña, en el concejo de Cudillero, construida sobre una antigua ermita y que contó con un hospital de peregrinos fundado a principios del siglo XVII.
